Al alimentar nuestro cuerpo de nutrientes esenciales, tiene suficiente combustible para una energía óptima, buena forma y salud. El número de personas con sobrepeso u obesos, está creciendo en todos los continentes como resultado de diversos factores: Consumo demasiado calórico, dietas poco saludables, cambios en el estilo de vida – una vida más sedentaria y la influencia genética. Aunque no podemos cambiar nuestros genes, sí podemos controlar nuestro entorno, nuestra forma de vida, y la comida que tomamos.
Tomar muchos alimentos integrales y bajos en calorías – vegetales, frutas, cereales integrales, harina de avena, arroz integral, legumbres como lentejas, alubias, etc. Éstos te sacian y evitan la ansiedad a la hora de comer.
Evitar el consumo de cereales refinados (pasta, pan y arroz), de productos con alto contenido en grasa, de alimentos envasados como pizzas o hamburguesas, así como las grasas hidrogenadas que se encuentran en margarinas, alimentos precocinados, alimentos fritos, palomitas para micro-ondas, pasteles, galletas saladas, etc.
Comer despacio - El cerebro tarda entre 10 y 20 minutos en responder a la ingesta de alimentos. Para ello, mastica despacio y deja tu cuchillo y tenedor descansar entre cada bocado. Así podrás tomar porciones más pequeñas sin quedarte con sensación de hambre.
Realiza un programa regular de comidas – Intenta tomar tus comidas y meriendas a las mismas horas durante el día y no esperes demasiado tiempo entre las comidas. La espera de más de 4 horas entre comidas aumenta la ingesta de calorías y disminuye la calidad de nuestra dieta. Nosotros tendemos a comer más grasa, azúcar y beber más alcohol. Planifica siempre tus comidas con anticipación y haz una lista de alimentos equilibrados, antes de ir de compras. Trate de pedir más ensaladas, verduras, pescado y aves en restaurantes y menos carnes rojas y frituras. Cada vez que tengas hambre, tómate un Batido Natural Balance en lugar de un producto azucarado, o patatas fritas.
Actividad – para acelerar tu metabolismo y ayudar al desarrollo muscular, realiza ejercicio cada día – camina, practica ciclismo, juega al tenis, con los niños o cualquier actividad que te guste. Sube las escaleras andando en lugar de coger el ascensor, aparca el coche retirado y da un paseo hasta casa.
Reducir los niveles de estrés y dormir suficientemente – la gente triste es más propensa a comer en exceso y la falta de sueño puede alterar los niveles de hormonas que controlan el hambre y el apetito. Además, el cansancio que se siente al día siguiente te hace estar menos motivado para realizar ejercicio.
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