La pareja puede sustentarse en el amor, la satisfacción, el apoyo,
pero también en la incomunicación, la infelicidad y los conflictos.
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Hoy en día el ser humano persigue su
derecho a ser feliz y otorga a este logro un significado esencial; tan
esencial como que esa sensación de felicidad supuestamente alcanzada
habría dado sentido a toda su vida.
Resulta difícil resignarse a una
situación de pareja insatisfactoria. En esa búsqueda de la felicidad
cada vez más personas se preguntan, en la intimidad de su reflexión,
cuáles son las causas que impiden el logro de esa soñada sensación de
felicidad en el marco del compromiso que les une a su pareja.
Cuando uno es invadido por sentimientos
revestidos de rechazo hacia ciertas actitudes del compañero, es
frecuente que uno se plantee lo adecuado de ese modo de sentir. Cuando
los conflictos con el otro nos llenan de preocupación, las discrepancias
nos amargan por la violencia verbal que encierran, uno se suele
preguntar qué otra manera habrá de vivir en pareja de modo que el
resultado sea menos penoso y más satisfactorio.
A veces las discusiones que surgen de la
nada consiguen abrumarnos por la frecuencia en que ocurren, suponiendo
cada embate una gota más que va colmando el vaso. Sabemos que el llenado
va a ser lento, pero seguro, salvo que hagamos ‘algo más’. Un día,
abrumados por una pesada sensación de desesperanza y desilusión,
decidimos hacer ese ‘algo más’ y pedimos ayuda.
En el Centro de
Psicología Ponzano, profesionales dedicados en exclusiva a la terapia de
pareja y al crecimiento personal le ayudarán, a través de sesiones de
psicoterapia individual y terapia de pareja, a superar sus dudas y
dificultades maritales.
Según el destacado filósofo y psicólogo social Erich Fromm, amar es un arte. Asegura, en su libro “El Arte de Amar”,
que la clave del éxito en este asunto radica en el aprendizaje de tres
elementos: la teoría, la práctica y sobre todo, la importancia dada al
dominio de ese arte. Explica que, “para llegar a dominar cualquier arte, el dominio de ese arte debe ser un asunto de fundamental importancia: nada en el mundo debe ser más importante que el arte”.
Según este autor, esto es aplicable a cualquier arte, como la medicina,
la música, la escultura, la ebanistería y el amor. Explica el fracaso
en el amor a partir del desinterés de la persona en aprender ese arte. Y
va más allá esgrimiendo que “a pesar del profundo anhelo de amor,
casi todo lo demás tiene más importancia que el amor: éxito, prestigio,
dinero, poder; dedicamos toda nuestra energía a descubrir la forma de
alcanzar esos objetivos y muy poca a aprender el arte del amor.”